Poppy Burns, de 10 años en ese entonces, se quejó de un agudo dolor en un dedo del pie después de un día en el jacuzzi. A pesar de acudir al médico, las pruebas no revelaron anomalías, y solo se le recetaron antibióticos. Sin embargo, el dolor persistió, y el dedo comenzó a inflamarse rápidamente. La madre, Georgina Burns, la llevó a un centro asistencial, pero los médicos no pudieron identificar el problema, limitándose a recetar más antibióticos.

Según lo informado por Noticias Caracol, durante dos años, Poppy experimentó dolores punzantes y paralizantes. En 2023, finalmente se diagnosticó con SDRC, una condición crónica que suele afectar a extremidades y se relaciona con cirugías o lesiones. El dolor extremo llevó a la niña, ahora con 12 años, a depender de una silla de ruedas para su movilidad diaria.

Búsqueda de esperanza: En busca de alivio, en septiembre de 2023, Georgina y Poppy viajaron a Italia para someterse a la terapia Scrambler, que utiliza estimulación para tratar el dolor. Aunque inicialmente obtuvieron resultados positivos, el dolor regresó de manera masiva una semana después de regresar a casa. A pesar de los desafíos continuos, Poppy no ha experimentado bloqueo en las articulaciones y su piel no ha vuelto a la extrema sensibilidad inicial. La búsqueda de un tratamiento que mejore su calidad de vida continúa.

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