El vínculo de los López con la música y el compromiso militar se amalgamó en el Batallón, donde ingresaron al conjunto vallenato conocido como la Tropa Seis. Aquí, no solo consolidaron su arte, sino que encontraron la oportunidad de servir a Colombia mientras tejen lazos de confianza en las comunidades del Caquetá. Jesús David, hábil con la caja, y Miguel Ángel, apasionado por la guacharaca, llevan su arte a cada rincón del departamento, alegrando corazones y sembrando la semilla del vallenato.
Ambos soldados, además de llevar alegría a las poblaciones vulnerables, se dedican a enseñar a los niños, compartiendo su talento musical. Jesús David destaca: «Desde que nos incorporamos, hemos estado apoyando a la población civil y enseñando a los niños». Por su parte, Miguel Ángel agrega: «Gracias a la música vamos a cada rincón del departamento, alegrando los corazones de los niños, jóvenes y adultos, dando a conocer el vallenato, parte importante del folclor colombiano».
Los hermanos López Villazón, conscientes de la importancia de su labor, vislumbran un futuro más allá del servicio militar. «Nuestra idea, después de cumplir nuestro tiempo de servicio con la institución, es crear una escuela musical para enseñar a los niños del departamento del Caquetá sobre la percusión vallenata», afirma Jesús David, reflejando su compromiso con el servicio social y la promoción cultural.
Historias como las de los López Villazón resaltan el compromiso del Ejército Nacional en brindar oportunidades a jóvenes colombianos para construir un proyecto de vida basado en sus sueños. Este enfoque contribuye a la construcción de un país mejor desde las regiones, donde el talento y la cultura se convierten en herramientas poderosas para llegar a comunidades olvidadas y alejadas.
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